¡Hola amigos! Como imagino que ya sabréis hoy es el Domingo de Ramos, hay un dicho popular que dice "el Domingo de Ramos quien no estrena nada no tiene pies ni manos", bien, pues a falta de algo material para estrenar, siempre tengo la posibilidad de estrenar una entradita.
Hoy os traigo dos dedalitos que me ha regalado mi catalana favorita, afincada actualmente en Palencia, y como ya veréis en las fotos me vienen muy bien para ilustrar esta entrada.
Y por eso hoy os voy a hablar de la Semana Santa Palentina, declarada de interés turístico Nacional. Muchos besos dedaleros a todos y hasta la próxima entrada.
La Semana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2005, es reflejo fiel del carácter castellano, donde palabras como recogimiento, devoción, sentimiento, esperanza, soledad, fe... cobran un especial significado apoderándose de las calles de la ciudad y de palentinos y visitantes, a lo largo y ancho de la Semana Santa de Pasión.
Otro signo distintivo de la Semana Santa de Palencia es el toque de "tararú". Este toque de trompeta, largo y agudo, se utilizó en origen para avisar y convocar a los hermanos cofrades de la celebración del acto procesional propio. Y unido estrechamente al toque del "tararú", encontramos otra de las tradiciones, que perdura aún hoy: la del grupo de hermanos que realizaban la "llamada de hermanos" en la madrugada anterior al día en que la cofradía celebraba su procesión, acudiendo hogar por hogar de los hermanos previniendo de la cita precisamente a toque de "tararú". Se agregó el toque de "tararú" a las propias procesiones, como señal de respeto y admiración ante las representaciones de las imágenes o el paso por lugares de cierta relevancia, como toque de especial atención ya no sólo a los propios hermanos sino también a todas las personas que se encontraban en los alrededores.
Semana Santa Palentina
La Semana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2005, es reflejo fiel del carácter castellano, donde palabras como recogimiento, devoción, sentimiento, esperanza, soledad, fe... cobran un especial significado apoderándose de las calles de la ciudad y de palentinos y visitantes, a lo largo y ancho de la Semana Santa de Pasión.
Ocho cofradías, cerca de 5.000 cofrades, 14 procesiones, 2 actos y una treintena de pasos conforman el soporte físico de esta manifestación catecumenal por las calles palentinas.
Uno de los ragos definitorios de la Semana Santa Palentina,
es que las ocho cofradías participan en todas y cada una de las procesiones organizadas por cada una de las cofradías hermanas, y que se reparten temporalmente en nueve días procesionales como signo inequívoco de hermandad. Signo, que se plasma varias veces en la Semana con otra seña de identidad propia de la Semana Santa palentina: el encuentro y "abrazo" de los diferentes estandartes y enseñas a modo de saludo entre hermanos.
es que las ocho cofradías participan en todas y cada una de las procesiones organizadas por cada una de las cofradías hermanas, y que se reparten temporalmente en nueve días procesionales como signo inequívoco de hermandad. Signo, que se plasma varias veces en la Semana con otra seña de identidad propia de la Semana Santa palentina: el encuentro y "abrazo" de los diferentes estandartes y enseñas a modo de saludo entre hermanos.
Algunas de las cofradías palentinas surgieron allá por los siglos XIII y XIV, lo que da una idea de la importancia y trascendencia de la Semana Santa en la historia de la ciudad. Y la ya más reciente fundación de otras en el siglo XX, da también idea de la repercusión que ha tenido y tiene actualmente esta celebración en la capital castellana.
Otro signo distintivo de la Semana Santa de Palencia es el toque de "tararú". Este toque de trompeta, largo y agudo, se utilizó en origen para avisar y convocar a los hermanos cofrades de la celebración del acto procesional propio. Y unido estrechamente al toque del "tararú", encontramos otra de las tradiciones, que perdura aún hoy: la del grupo de hermanos que realizaban la "llamada de hermanos" en la madrugada anterior al día en que la cofradía celebraba su procesión, acudiendo hogar por hogar de los hermanos previniendo de la cita precisamente a toque de "tararú". Se agregó el toque de "tararú" a las propias procesiones, como señal de respeto y admiración ante las representaciones de las imágenes o el paso por lugares de cierta relevancia, como toque de especial atención ya no sólo a los propios hermanos sino también a todas las personas que se encontraban en los alrededores.
También cobra importancia con los años la solicitud conjunta, a traves de la Hermandad de Cofradías de Palencia, al Gobierno de la nación de la redención de pena a un preso de la cárcel de Dueñas. En señal de agradecimiento el preso desfila como penitente en algunas de las procesiones.
Y por supuesto, en todas las hermandades, no falta el pan y la limonada que sirven como alivio a todos los penitentes tras la finalización de cada procesión penitencial. Pan y limonada que, el Domingo de Resurrección, se entregan a todos y cada uno de los hermanos cofrades como "colación" y celebración de la Pascua.
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2 comentarios:
Hola! me encantan tus nuevos dedales y muy apropiados para la ocasion je je je besoss
Por cierto que el que entro como cada dia fue tu visitante incondicional y esta encantado con la novedad Eduardo
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